
Señalan Traverso y Crowder-Taraborrelli : “El cine documental en Argentina, Chile y Uruguay ha demostrado fuerza, sofisticación y deseos de ser tanto testigo de los eventos políticos como protagonista de los procesos sociales que han marcado a estos tres países desde la década de los cincuenta”. Agregan que al existir hoy un corpus de trabajo y un archivo audiovisual histórico sustancial, este se constituye en una fuente de gran potencial para investigar y teorizar “tanto las historias y experiencias de cambio social y cultural en América Latina como el mismo género documental”.
En ellos examinan en detalle las estrategias utilizadas por documentalistas argentinos, chilenos y uruguayos, tanto para registrar e intervenir en eventos políticos específicos enmarcados dentro de procesos de cambio social más amplios, como para visualizar y reflexionar sobre el pasado y el futuro de estas tres naciones. Así, por ejemplo, en el caso argentino la mirada va desde el documental militante argentino de los sesenta hasta la más reciente producción, ejemplificada en Los rubios de Albertina Carri. De Chile son analizadas obras de Patricio Guzmán, una de las voces más potentes del cine documental a nivel internacional, Silvio Caiozzi y Carmen Luz Parot.
El libro cuenta con una introducción de Carlos Flores del Pino, director del Festival Internacional de Documentales de Santiago, quien señala: « Las turbulencias en las que se desplazan las notables reflexiones de este libro me han hecho recordar una lúcida afirmación de Godard: “el cine no es un arte, ni una industria, el cine es un misterio”. Por eso, creo yo, el cine difícilmente puede cambiar el mundo. El cine sólo puede cambiar el cine».